El 29 de enero de 2025, Madrid Fusión vivió un momento único que nos recordó por qué la alta pastelería es más que un arte: es una fusión constante entre historia, creatividad y técnica. Paco y Jacob Torreblanca, se unieron sobre el escenario para presentar una demostración que dejó una huella profunda en quienes la presenciaron.
Tradición como base, innovación como motor
En esta ocasión, padre e hijo maravillaron al público con una reinterpretación del icónico postre Montblanc de Paco Torreblanca, elaborando una versión que combina los sabores del chocolate y la castaña. Este homenaje a uno de los grandes clásicos de la pastelería se convirtió en el centro de atención, mostrando cómo los sabores tradicionales pueden reinventarse con creatividad, técnica y una ejecución impecable.
La clase magistral combinó la tradición y la innovación en la pastelería. Paco Torreblanca destacó los sabores clásicos que han definido la alta pastelería, mientras que Jacob aportó un enfoque contemporáneo, mostrando cómo la tradición puede fusionarse con nuevas técnicas. Juntos, transformaron el Montblanc en una obra que equilibra lo clásico y lo moderno, resaltando la evolución de la pastelería.
El sabor como una narrativa: el futuro de la pastelería
Ambos pasteleros, unidos por una pasión común, demostraron que los sabores perdidos pueden revivir cuando se trabaja con respeto hacia el pasado, pero también con una mente abierta hacia el futuro. Con el Montblanc reinterpretado como ejemplo, crearon una armonía perfecta entre lo que conocemos y lo que está por venir.

Este evento subrayó, una vez más, por qué la Escuela Torreblanca continúa siendo un referente en la formación de futuros grandes de la alta pastelería. Aquí no solo se enseña a crear postres; se enseña a crear experiencias inolvidables, a transmitir una historia a través de un bocado, y, por supuesto, a innovar respetando siempre lo más esencial de la tradición.

Una jornada para recordar
Ver a Paco y Jacob en acción no fue solo presenciar una demostración técnica, sino ser testigos de un legado vivo que sigue influyendo y formando nuevas generaciones de pasteleros. La reinterpretación del Montblanc, con su perfecta combinación de chocolate y castaña, fue más que un plato: fue una experiencia multisensorial que reflejó el equilibrio perfecto entre tradición e innovación.
